El Asedio de Baler 1898
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En desarrollo
Enero de 1899:
Poco a poco las tensiones entre los líderes estadounidenses y filipinos crecían desde la ocupación de Manila.
El día 4, el general estadounidense Elwell S. Otis, promulgaba la soberanía de Estados Unidos sobre Filipinas en nombre del presidente William McKinley. Estados Unidos había asegurado a los rebeldes filipinos que solo estaban interesados en derrotar a España y, al mismo tiempo, ayudar a los filipinos a conseguir la independencia. Sin embargo, tras la derrota de España en la Guerra Hispano-Estadounidense, los Estados Unidos, mostraron sus verdaderas intenciones convirtiendo la nueva República en una colonia estadounidense.
Así daba comienzo la Guerra Filipino-Estadounidense, que se alargaría hasta el 16 de abril de 1902.
El día 13, los sitiadores dejaban frente a la iglesia varios periódicos, pero en el destacamento no daban ninguna credibilidad a su contenido, pues pensaban que habían sido falsificados por el enemigo.
Febrero de 1899:
Entre el día 14 y 15 fallecía el cazador José Sanz, siendo la última baja a causa del beriberi.
El general español Diego de los Ríos, al cargo de las repatriaciones, ordenó a Miguel Olmedo Calvo, capitán del Ejército, que entregara en persona una carta al capitán De las Morenas en Baler. El día 15 se produjo un nuevo intento de parlamento. Martín lleno de escepticismo no se fiaba de Olmedo y tenía sus motivos para dudar de él. A pesar de que Olmedo y De las Morenas se conocían de años atrás cuando habían sido compañeros, al acercase a la iglesia y asomarse Martín, éste le preguntó si era el capitán De las Morenas. Por otro lado, Olmedo vestía de paisano. Martín tomó la carta y, tras releerla varias veces, encontró detalles por los que sospechar, como, por ejemplo, que no llevase numeración oficial. Tras varios días, el emisario abandonaba Baler sin conseguir convencer a los españoles.
A finales de mes, el soldado Antonio Menache intentó desertar pero fue descubierto en su intento. Tras ser interrogado por Martín, y tras las declaraciones de otros compañeros, el soldado José Alcaide y el cabo Vicente González eran también acusados de intento de fuga y de instigar a otros compañeros a su deserción. Como resultado de las investigaciones, González, Alcaide y Menache fueron encarcelados en el baptisterio.
Después de más de 6 meses encerrados puedo entender la paranoia que sufrían, a la que tampoco ayudaban cosas como la de que el Capitán Olmedo fuera preguntando si el teniente era De Las Morenas. Es salir de Guatemala para caer en Guatepeor. Y por si fuera poco, la iglesia ya no era sólo un baluarte defensivo, hospital de campaña y cementerio. Ahora también era una prisión improvisada para desertores. Brutal.