Me consta que el papel que en el juego desempeña esta potencia menor es muy concreto y especial y al algunos jugadores les ha llevado a confusión por lo que os indico unas pautas claras de uso en el juego respecto a su estado de guerra. Corrige el apartado correspondiente en las reglas por este otro que he estructurado mejor:

Declaración de guerra: Roma es la ciudad del Papa y centro de la Cristiandad por lo que si una potencia cristiana declara la guerra al Papado tiene repercusiones especiales:

• Una potencia cristiana que no esté actualmente aliada con el Papado puede declarar la guerra al Papado exclusivamente durante un impulso propio de la Fase de acción pagando el coste de una carta (de cualquier tipo excepto una carta del reino) robada al azar de su mano (la carta se coloca en la pila de descartes). Una declaración de guerra de este tipo tampoco provoca un chequeo de estado diplomático para el Papado; su estado diplomático nunca cambia por recibir una declaración de guerra de una potencia mayor cristiana.
• Una potencia cristiana en guerra con el Papado (incluyendo el caso de César Borgia Condotiero, ver luego) permanecerá en guerra hasta la llegada de un nuevo Papa o hasta la conquista de Roma por una potencia cristiana, que devolverá el Papado a un estado inactivo (y causará que cualquier unidad cristiana en los espacios nacionales Papales sea desplazada, ver Sucesión en los Estados Papales arriba). Si la potencia cristiana en guerra con el Papado controló Ravena o Roma militarmente, al devolver estos espacios recibe un marcador de 1 PV (usar los marcadores de 1 PV papal con la imagen de Ce­sar Borgia), en su tarjeta de jugador. Esta recompensa solo puede recibirla cada jugador una vez como máximo en toda la partida.
• Declarar la guerra a la potencia mayor que controla al Papado, no implica declarar la guerra al Papado; su estado aliado o de guerra con las potencias cristianas siempre se mira independientemente.
• No es posible controlar espacios nacionales papales si no se está en un estado de guerra específicamente contra el Papado, sin importar quien controle los espacios nacionales papales.
• Si el papado está controlado por una potencia cristiana, ésta potencia mayor controla las unidades papales (para reclutar y mover) y tendrá marcadores de control en sus espacios nacionales (al igual que con cualquier otro menor controlado). Las unidades terrestres papales no pueden mover fuera de los espacios nacionales papales.
• La potencia mayor controladora, como aliada del Papado y exclusivamente en espacios nacionales papales, podrá atacar (y defender) con sus propias unidades y/o unidades papales, a unidades controladas de otras grandes potencias que estén en guerra específicamente contra el Papado. Esta acción es posible, aunque la potencia mayor controladora del Papado no esté en guerra contra esa potencia mayor en guerra específica contra el Papado.
• Si una potencia mayor está en guerra contra el Papado, pero no está en guerra contra el poder mayor controlador del Papado, podrá atacar, controlar y mover por espacios nacionales papales (aunque estén controlados por una potencia con la que no está en guerra). Simplemente considera como si esas dos potencias mayores estuvieran en guerra exclusivamente en esos espacios nacionales papales. Por tanto, ambas potencias pueden atacar unidades controladas de la otra potencia y arrebatar el control de esos espacios nacionales del Papado, a la otra potencia mayor.
• Si una potencia mayor está en guerra contra el poder mayor controlador del Papado, pero no está en guerra específicamente contra el Papado, jamás podrá controlar espacios nacionales papales. Sin embargo, podrá atacar y mover por espacios nacionales papales (recuerda que las unidades papales allí defenderán esos espacios como aliadas de la potencia mayor controladora).
• Si una potencia mayor está en guerra contra el poder mayor controlador del Papado, pero no está en guerra específicamente contra el Papado, podrá asediar y asaltar Roma para eliminar unidades allí situadas. No obstante, no podrá controlar el espacio de Roma si no está en guerra específica contra el Papado antes de realizar el asalto (esto es una excepción de la regla del asalto y solo ocurre en Roma en este caso concreto). Ejemplo: una formación francesa en guerra contra el español (que controla el Papado), pero que no está en guerra específicamente contra el Papado, tiene asediada Roma en cuyo interior hay 4 unidades papales (podrían ser una combinación cualquiera de unidades papales y/o españolas). Decide asaltar Roma sin declarar la guerra específicamente al Papado y consigue eliminar las 4 unidades defensoras, no obstante, no tomará el control de Roma. Sin embargo, si justo antes del asalto declara la guerra al Papado específicamente, pagando una carta aleatoria de su mano (distinta de una carta del reino), el asalto exitoso dará el control de Roma al francés de forma habitual.