Asedio a Al-Ándalus.
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En desarrollo
“La confianza crece con la lentitud de una palmera, pero cae con la velocidad de un coco”
(Yusuf Al Mutamin)
Aquí podéis observar una panorámica general del juego (en concreto, estamos ya en el último turno y por ello el emirato Banu Mardánish ya ha sido anexionado por los almohades. Aquí podéis ver la disposición geográfica de los jugadores, sus tableros personales (y al lado sus respectivas cartas natales), las reservas de fichas, el mapa de la Península Ibérica junto a las Islas Baleares y regiones exteriores (Magreb, Occitania-Provenza, Córcega y Cerdeña), los diferentes espacios y conexiones que componen el mapa, algunas unidades militares terrestres, navales y líderes que en ese momento se encontraban desplegadas y las ciudades comerciales orientales.
En esta segunda imagen podéis observar un poquito más de cerca el tablero personal del jugador andalusí, así como su gobernante (en estos momentos es «La Serpiente», emir de Mallorca) y sus cartas natales. Como ya comenté, la figura protagonista del juego es el Rey Lobo, y por ello, es el jugador andalusí el que tiene en su haber la carta natal que también da nombre al juego (Asedio a Al-Ándalus).
En esta ocasión vemos en primera persona el tablero personal del jugador almohade y sus cartas natales (muy centradas en el aspecto religioso y en la rigorista doctrina del Tawhid, basada en la unicidad de Allah). También observamos la primacía que en sus minijuegos tiene la construcción de obras de arte islámico, tanto en Marrakech como en Sevilla.
Aquí podéis ver una imagen más de cerca de la parte lateral del tablero, para apreciar los espacios del mapa, el orden de turno, la zona de rendición andalusí o la casilla de eventos activos. A la derecha también podéis ver una pequeña parte de la reserva de líderes militares, navales y políticos que esperan su correspondiente turno o el efecto de un evento obligatorio para entrar en juego (como veis, al ser el último turno de juego, ya quedaban muy poquitos líderes por entrar).
En esta ocasión podéis ver una imagen detallada del mapa, y en el centro, una de las zonas más candentes. Se nota que estamos ya al final del último turno, porque tanto Alfonso VIII de Castilla como el Califa Almohade Yaqub Al-Mansur andan merodeando por la zona y fijaos que pedazo de apilamientos están concentrando en Toledo y Córdoba respectivamente. ¿Se repetirán las batallas de Alarcos y de las Navas de Tolosa?
Ahora le toca el turno al tablero del jugador cristiano, en el que podemos apreciar además la presencia en la corte de personajes políticos como la reina Leonor Plantagenet o la reina Berenguela de Navarra (estos personajes son los encargados de llevar a cabo las acciones políticas). En el mapa principal, además, podéis observar la región de Occitania-Provenza, donde tiene lugar la Cruzada Albigense y la lucha entre Francia y el Papado frente a los cátaros y sus aliados catalano-aragoneses (si os fijáis bien podéis ver por ahí al líder francés Simon de Montfort, y frente a él, el rey Pedro II de Aragón, al cual no le augura nada bueno si la partida termina igual que la historia real). Como os dije, la geopolítica y la internacionalización son dos elementos centrales del juego Asedio a Al-Ándalus. Igualmente, podéis apreciar parte de los espacios del Camino de Santiago (claves para uno de los minijuegos del jugador cristiano).
Y finalmente, os dejo imagen de una mano de cartas y la carta superior del mazo (con nuestro ilustre filósofo andalusí Averroes, el comentarista medieval de Aristóteles y responsable de su posterior llegada a la escolástica cristiana) para que podáis haceros una idea de como son las cartas y qué tipo de eventos tratan de representar. Se trata de un mazo de 124 cartas (más 11 cartas especiales, es decir, 135 en total). 64 de ellas están disponibles desde el primer turno, y posteriormente, van entrando exactamente 10 cartas nuevas al inicio de cada turno, correspondientes a eventos históricos específicos que tuvieron lugar justamente en los años que abarca cada turno). Al ser el juego un «card driven» existe una gran variedad de ellas, desde cartas militares a cartas políticas, pasando por diplomáticas, religiosas o culturales.